viernes, 31 de enero de 2025

El nazismo al infinito y más allá


"Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta nuestra riqueza, expande nuestro territorio, construye nuestras ciudades, eleva nuestras expectativas y lleva nuestra bandera hacia nuevos y hermosos horizontes. Perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, lanzando astronautas estadounidenses para plantar la bandera de las barras y las estrellas en el planeta Marte" Donald Trump

El 23 de marzo de 1912 nace en Alemania el niño Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun. Hijo de dos antiguas familias nobles, padeció los rigores de la Primera Guerra Mundial, de la derrota alemana, de la caída del Imperio y de la hiperinflación, pese a todo lo cual nunca dejó de ser un joven privilegiado educado en las mejores instituciones.

Desde muy pequeño, se hizo fanático de la ciencia ficción y la literatura fantástica a través de autores como Julio Verne. Pero fue la lectura de los trabajos de Hermann Oberth – autor de Al espacio en cohete y considerado junto con el ruso Konstantin Tsiolkovsky y el estadounidense Robert Goddard, uno de los tres padres de la astronáutica- lo que lo llevó a fascinarse por la ciencia de los cohetes. En 1932, se graduó en ingeniería mecánica en el Instituto Politécnico de Berlín y en 1934 obtuvo su doctorado en Física por la Universidad de la misma ciudad. Coincidiendo con la llega de Hitler al poder, se enroló en el ejército. Y en 1940, en pleno apogeo del Tercer Reich, pasa a formar parte de las tristemente célebres SS, la fanática organización paramilitar y parapolicial del nazismo.

von Braun, de traje junto a jerarcas nazis en una prueba misilística. 

Los servicios prestados por von Braun a la causa nazi no fueron pocos, empezando por ser el diseñador de los misiles balísticos con los cuales se bombardearon las principales ciudades europeas durante la Segunda Guerra Mundial. Para la producción de los mismos, el régimen nazi le habilitó y puso a su disposición gigantescas fábricas bajo el cuidado directo de las SS y con mano de obra esclava, conformada por prisioneros de guerra y de los campos de concentración. No pudo construir cohetes espaciales como los de su admirado Verne, pero a cambio sus mortíferos misiles facilitaron el avance de los nazis y llevaron la capacidad de matar a nuevos niveles.

Así las cosas, pocos funcionarios del régimen nazi podrían ser catalogados como criminales de guerra al mismo nivel de von Braun. Las víctimas directas e indirectas de su creación se cuentan por millones. Sin embargo, nunca fue tratado y mucho menos juzgado como tal. Y la razón es que al momento de la rendición nazi, von Braun ya había negociado con enviados norteamericanos su entrega. Por esta vía, se convirtió en el fichaje estrella de la Operación Paperclip, realizada por los servicios de Inteligencia militar  de los Estados Unidos con el fin de extraer de Alemania cuadros nazis considerados de valor. En las vísperas de la caída de Berlín, se entregó junto a otros 500 científicos de su equipo, diseños y prototipos. Y fue llevado a los Estados Unidos en donde pudo continuar con su trabajo, solo que al servicio de la fuerza aérea estadounidense. Después de varios años, se nacionalizó, casó y al poco tiempo fue llamado a trabajar en la NASA, creada en 1958 con el fin de concentrar todo lo concerniente a investigación espacial aeronáutica.

Los primeros años de la NASA no fueron para nada espectaculares, concentrada como estaba en la investigación más que en la aplicación de la entonces novel ciencia aeroespacial. Pero todo eso cambiaría a partir de abril de 1961, cuando los soviéticos sorprendieron al mundo enviando por primera vez un hombre al espacio. Heridos en su orgullo y temerosos de las consecuencias geopolíticas, los norteamericanos se propusieron como objetivo conquistar la Luna. Y el llamado a hacer posible esa misión desde el punto de vista técnico en el marco del programa Apolo no podía ser otro que von Braun.

Von Braun junto al presidente J.F. Kennedy

El 16 de julio de 1969 los norteamericanos alcanzarían su meta y von Braun cumpliría su sueño de llevar a la humanidad a la luna. Se convirtió en toda una celebridad, dedicada a la divulgación científica a través de artículos para revistas especializadas, entrevistas, charlas e inclusive programas de televisión producidos por Disney. Muy lejos había quedado su pasado siniestro, sus armas de destrucción masiva y los cientos de esclavos de sus fábricas vigiladas por las SS.





En el marco de su nuevo rol como héroe y propagandista científico, en 1952 cumplió otro sueño: publicó su propia novela de ciencia ficción: El proyecto Marte. Pese a ser ficción, es considerado el primer estudio donde se establecen los requisitos técnicos básicos para la conquista del espacio, que empezaría por el planeta rojo. Pero además, von Braun describe las formas de gobierno que regirán para el mismo. Nada de democracia: un consejo de diez tecnócratas encabezados por uno de nombre Elon.  

Diecinueve años después de publicada la novela, en la lejana Suráfrica nacería un niño privilegiado dentro del por sí privilegiado régimen del apartheid. Ya contamos esa historia, hijo de uno de los empresarios mineros favoritos del régimen, su abuelo materno era un aventurero que de vaquero y domador de caballos en el medio oeste americano, se transformó en el primer quiropráctico de Canadá acumulando fortuna y prestigio. Este abuelo se llamaba Joshua Haldeman, que al igual que el niño von Braun, era un fanático de la literatura fantástica y la ciencia ficción, lo que le inspiró a convertirse en piloto de aviones autodidacta. Pero también al igual que von Braun adulto se hizo militante nazi. Esta militancia en tiempos de la Segunda Guerra le valió ser perseguido por las autoridades canadienses, lo que terminó provocando su exilio en Suráfrica. Llegó a allá en 1950, apenas dos años después de la instauración del régimen segregacionista, entusiasmado con la idea de ser parte de la lucha por la conservación de la civilización blanca. Allí vivió hasta su muerte en 1974 en un accidente en una avioneta que pilotaba. Alcanzó sin embargo a ver con vida a dos de sus nietos, en los cuales dejó una impronta, lo que incluye bautizar al mayor de ellos con el nombre de uno de sus ídolos literarios: Elon.

Una vez le preguntaron a Elon Musk que opinaba de ello y respondió “nadie puede escapar de su destino”. Habrá que ver si alcanza su sueño y el de sus antepasados de llevar el nazismo al infinito y más allá. 

domingo, 19 de enero de 2025

Donald Trump and the Lex Luthor´s government (2da parte).

 


-    La esencia del capital de riesgo es crear riqueza. No es extractivo. No es suma cero. Es la idea de que puedes crear algo de la nada, y eso es, fundamentalmente, una idea teológica.

-  ¿Entonces Jesús habría amado a los inversionistas de capital de riesgo?

-  Él se preocupa por el corazón del individuo, y los corazones de algunas personas están más alineados. El llamamiento que he intentado hacer a la comunidad tecnológica es que tenemos la obligación moral de hacer cosas que beneficien a la humanidad, que nos acerquen al plan de Dios para su pueblo.

Trae Stephen. CEO de Anduril.

 

Bienvenidos al tecnofeudalismo

La primera parte de esta nota cerraba con la siguiente pregunta: ¿qué puede pasar cuando una camarilla de magnates tecnológicos, descendientes de nazis y simpatizante o colaboradores del apartheid -y en todo caso, ellos mismos exponentes de ideologías segregacionistas- se convencen de que el mundo está por destruirse y que son ellos los elegidos para salvarlo (a su imagen, semejanza y conveniencia), motivo por el cual se animan a formar parte del gobierno de la principal potencia mundial, encabezado por un magnate de las finanzas convencido a su vez de dirigir una cruzada contra el colapso de la civilización blanca anglosajona judeoprotestante qué él encarna?

Podría ser la rebuscada trama de una película de archivillanos de Marvel. O de una novela de ciencia ficción distópica. Sin embargo, es exactamente lo que está a punto de ocurrir en la vida real una vez que Trump asuma por segunda vez la presidencia de los Estados Unidos de América este 20 de enero de 2025, y con él, lleguen al poder político formal los grandes señores del tecnofeudalismo y la ciencia ficción aplicada al desarrollo distópico, es decir, los CEO`s de las grandes tecnológicas norteamericanas, de manera muy especial, los vinculados a la Mafia de Paypal.

Pero para explicarlos debemos retroceder en el tiempo y hacer una genealogía de dichos señores, por apresurada que sea.

Veamos.  


Paypal mafia: los orígenes.   

En sentido estricto, la PayPal Mafia son un grupo de sujetos a los que se les conoce así dado que todos, en mayor o menor grado, están ligados a los orígenes del conocido servicio de pagos digitales. No obstante, en sentido amplio, es una suerte de secta que funciona con parámetros muy claros: todos quienes lo conforman son hombres, casi exclusivamente blancos, norteamericanos (incluyendo nacionalizados), política e ideológicamente libertarios, ultraliberales en lo económico, fanáticos de la ciencia ficción y de las nuevas tecnologías, área dentro de la cual se concentran y han hecho fuertes.

Aunque lo religioso no es un rasgo del cual les guste presumir, valga decir que en su mayoría son judíos o fervientes católicos. Eso sí, todos están imbuidos del espíritu mesiánico propio del judaísmo y del puritanismo anglosajón, por lo que se creen elegidos para conducir los destinos de la humanidad, no necesariamente porque un dios los haya ungido sino por méritos propios, por ser lo que son.

Como en toda secta, existe un núcleo duro u originario de “padres fundadores”, que comparten otro rasgo aún más singular: son hijos del apartheid surafricano o descendientes del anticomunismo de la Europa del Este.

Valga aclarar que lo de Paypal mafia no es un apodo usado a espaldas de los involucrados. O que alguien se inventó con ánimos de desprestigiarlos: es la manera cómo se presentan o hacen llamar así mismos. Y esto tiene que ver mucho con sus maneras de entender le mundo, pues aunque se asumen como élite también les gusta presumir de anti-élites. No les gusta el orden de cosas demócrata liberal incluyendo a sus élites, por lo que se plantean construir uno a su imagen y semejanza, un poco como el Agente Smith en las Matrix 2 y 3.   

Tratando de hacer corto el cuento largo, la historia es más o menos así: a finales de 2007, la revista Fortune publicó un extenso reportaje cuya foto principal –portada de ese número- retrata a los involucrados posando en un conocido bar de San Francisco trajeados de mafiosos. El único que no aparece retratado es Elon Musk, uno de los padres fundadores, que según el autor del reportaje no estuvo por cuestiones de agenda aunque sí fue entrevistado para la ocasión.


El que destaca en primer plano es Peter Thiel, el otro padre fundador, sentado en la mesa del centro con traje de gánster de los 90. En el reportaje tratan a Thiel de “El Don”. A su lado, con cartas en la mano, está Max Levchin, su socio desde los primero años: “El Consiglieri”.


Peter Thiel nació en Alemania, pero su infancia y primeros años de juventud transcurrieron en la Suráfrica del apartheid, donde su padre tenía una concesión en la minería de uranio dentro del programa clandestino del régimen segregacionista para adquirir armas nucleares. Él mismo cuenta que de niño fue un privilegiado, educado en los mejores colegios y nunca ha dirigido una crítica contra el apartheid. De lo único que no guarda buenos recuerdos durante aquellos años es de sus compañeros de clases, que lo veían como un sujeto raro. Fanático de la ciencia ficción, su primer ídolo fue Tolkein. Ya de adolescente y viviendo en los Estados Unidos, quien capturó su imaginación fue Ayn Rand, la conocida gurú de cabecera de los libertarios cultos, así como se hizo fanático de Ronald Reagan. Estudió filosofía y derecho en la Universidad de Stanford. Allí fundó una revista conservadora y de derechas,
The Stanford Review, que recibió la bendición y el financiamiento de “el padrino del neocorservadurismo”, el judío norteamericano Irving Kristol. La introducción en la universidad de un programa que promovía la diversidad y el multiculturalismo fue el detonante que impulsó a Thiel a fundar la revista, con la que sigue vinculado y que entre otras cosas usa como “cantera” para su red de seguidores y socios.

Uno de los fichajes más emblemáticos y prolíficos de dicha cantera fue el de David Sacks. Sacks es un judío nacido en Suráfrica, cuya privilegiada familia también emigró a los Estados Unidos en los años de mayor confrontación política contra el apartheid. Sacks (en la foto con un puro en la mano, sombrero, chaqueta negra y expresión de sicario justo detrás de Peter Thiel) se graduó de economía en Stanford y doctoró en Chicago, tras lo cual fue el primer director de operaciones de PayPal. Pero además de empleado y socio de Thiel ha fungido de partner intelectual. En 1996 ambos publicaron un libro fundamental para el neoconservadurismo norteamericano: El Mito de la diversidad, en el que se descargan contra las políticas de inclusión de género y étnicas en las universidades norteamericanas y por extensión en toda la sociedad.  

El otro surafricano de la partida es, por su puesto, Elon Musk, cuyo padre, al igual que el de Thiel, se dedicaba al lucrativo negocio de la minería, en su caso de esmeraldas. No está del todo claro el nivel del compromiso de Musk padre con el régimen del apartheid, pues más allá de ser claramente un beneficiario del mismo militó en un partido opositor al Partido Nacional. Pero el compromiso que sí es muy claro es el de su rama materna.

En múltiples entrevistas y declaraciones, Musk ha manifestado admiración por su abuelo materno, de quien dice heredó el espíritu aventurero e innovador y el libre pensamiento. Lo primero es entendible, pero lo segundo más que problemático. Su abuelo fue Joshua Haldeman, domador de caballos salvajes, luego un reputado quiropráctico (el primero de Canadá) y piloto autodidacta de aviones. Pero también fue un entusiasta del nazismo, pese a sus raíces judías (lo que pone en evidencia una vez más –dicho sea de paso- que la relación entre judaísmo y nazismo es más compleja de lo que se piensa). Prohibido su proselitismo en Canadá, el abuelo Haldeman emigró a la Suráfrica, de cuyo régimen segregacionista opinaba era la punta de lanza de la lucha por la sobrevivencia de la civilización blanca. Su migración fue saludada por los periódicos afines al Partido Nacional, quienes lo consideraron un honor y refuerzo de lujo.

Antes de emigrar, Haldeman fue uno de los principales líderes de un movimiento político autodenominado Technocracy Incorporated, que abogaba por el transhumanismo tecnológico, el fin de la democracia y el gobierno de una pequeña élite experta en tecnología. Tenían incluso un modelo de país: El Tecnificado de Norteamérica, una nueva entidad dirigida por ingenieros y científicos que territorialmente ocuparía además de los actuales Estados Unidos la totalidad de Norteamérica, desde Canadá y Groenlandia hasta el Canal de Panamá, incluyendo las islas del Caribe, del Atlántico y el Pacífico contando a Irlanda.



Como se ve, un modelo bastante parecido al propuesto recién por Donald  Trump y el nieto de Haldeman, en sus polémicas declaraciones sobre Canadá, Groenlandia, Panamá y el Golfo de México….

Pero volvamos a la mafia de PayPal.

Elon Musk llegó a los Estados Unidos a los 17 años y se graduó de Economía en la Universidad de Pensilvania. Su plan era continuar sus estudios en Stanford, pero a cambio se dedicó a crear una de las primeras empresas tecnológicas de la nueva era, Zip2, luego adquirida por Compaq por 200 millones de dólares. Con este capital fundó en 1999 X.com, el primer banco enteramente en línea. Justo un año antes, Peter Thiel funda Confinity junto al judío ucraniano Max Levchin y el judío polaco Luke Noseck.

El ideólogo de Confinity fue Levchin, quien por intermedio de Noseck le expuso la idea a Thiel quien aportó el financiamiento inicial y asumió la conducción del proyecto. La idea de Levchin era crear un mecanismo de pagos electrónicos entre las Palm Pilots, antecedentes de los actuales smarth phones. Pero Thiel tenia una idea más ambiciosa: crear una moneda y un sistema bancario por fuera de la banca tradicional y los bancos centrales.

Con estas ideas en mente, ambos emprendimientos comenzaron a rivalizar para darle vida al entonces incipiente nicho de los pagos online. Pero tras la  competencia inicial los nóveles emprendedores toman una decisión inesperada: fusionarse. Así las cosas, Confinity fue comprada por X.com en 2001, dando lugar a PayPal, que se posiciona muy rápido como la principal plataforma de pagos alternativa a la banca tradicional. Este veloz posicionamiento llevará a que en 2002 el gigante del comercio electrónico EBay la compre por un precio muy superior al estimado al momento de su creación.  

Peter Thiel y Elon Musk en los tiempos de creación de PayPal

Esta adquisición por parte de EBay generará un cisma cuyas consecuencias marcará buena parte de la historia reciente, no solo de las finanzas y el comercio electrónico sino del mundo. De un lado, impulsará los medios de pago digitales y el desarrollo de todo el sector que hoy día se conoce como fintech. Del otro, catapultará a una serie de actores a ocupar los primeros puestos en la acumulación global de capitales, ejerciendo la vanguardia de procesos de transformación en principio tecnológicos pero inmediatamente también económicos, sociales, ideológicos, culturales y por tanto políticos.

En efecto, con la creación de PayPal “la mafia” surge en consecuencia, pero no por fusión sino por explosión. Apenas constituida la empresa, se produce un golpe de Estado donde Thiel, Levchin y Noseck expulsan a Musk de la conducción. Pero luego serán Thiel y compañía quienes abandonen PayPal, quedando David Sacks de Jefe de Operaciones junto a los ejecutivos de EBay. Sin embargo, con el tiempo Sacks y el resto de los empleados originales también se van, aprovechando los dividendos generados por las ventas de sus acciones así como el apoyo de Thiel, quien para entonces ya había constituido un fondo de inversiones llamado Clarium Capital concentrado en operaciones de riesgo en el sector tecnológico.

El panorama actual de las big tech es casi inconcebible sin este fondo. Del mismo surgirá YouTube, creada por tres exempleados de PayPal ligados a la dupla Thiel–Levchin: Jawed Karim, Chad Hurley y Steve Chen. De los tres, solo Karim aparece en la portada de Fortune –al extremo izquierdo, con saco y cuello de tortuga blanco como un matón de los 70- porque los otros dos no posaron por prohibición de Google, que para entonces había comprado la plataforma y no estaba conforme con el motivo gánster del reportaje. Clarium también financiará LinkedIn, creada por Reid Hoffman –al centro de la foto, de camisa azul abierta y cadena gruesa de oro. La otra iniciativa importante financiada por Clarium y dirigida directamente por un miembro original de la mafia de PayPal será Geni, creada por David Sacks, vinculada al área biogenética.

Pero eso solo será el comienzo. Una historia poco conocida y que de hecho no se menciona en la mayoría de las reseñas que se hacen al respecto, es que Peter Thiel y su fondo darán el impulso definitivo a Facebook: fue su primer inversor externo, lo que lo catapultó como mentor de Zuckerberg.

(Si alguien no ha entendido el reciente “giro” de Zuckerberg desde la “corrección política” entendida al estilo demócrata, hacia la “libertad de expresión” entendida al modo Musk, puede empezar a atar cabos por aquí).

Tras la reconciliación entre Musk y Thiel, se produce toda la serie de emprendimientos del primero, de los que ya hablamos en la primera parte: Space X, Tesla, Solar City, Star Link, etc.,). Con el tiempo, Clarium derivará en otros fondos, de los que surgirán otras empresas hoy mundialmente conocidas: Uber, Spotify y Airbnb, todas dirigidas por discípulos de Thiel y con importante participación accionaria suya. Las más recientes de esta lista son OpenAI, Oculus Rift, Palantir, Anduril e Istaris. La primera desarrolladora de Chat GPT y cabeza más visible de la actual revolución de la Inteligencia Artificial. La segunda, pionera en los desarrollo de realidad virtual. La tercera, una empresa que presta servicios de minería de datos y big data para la inteligencia de gobiernos y corporaciones, actualmente transformada en uno de los principales proveedores de armas basadas en la inteligencia artificial para los ejércitos de Estados Unidos, Israel y Ucrania. Anduril es una empresa gemela de Palantir, mientras que Istaris es un programa codirigido con Eric Schmidt de Google para el desarrollo de drones de combates y otras armas inteligentes.  

Lo que todo esto significa es que del núcleo fundador de la mafia de PayPal surgieron -y en mayor o menor grado dependen hoy- todas las principales redes sociales existentes del mundo: Facebook, Instagram, X, LinkedIn (y posiblemente Tik-Tok, de ser ciertos los rumores de su venta a X de seguir los problemas con la legislación norteamericana). Pero también la principal plataforma de mensajería instantánea: WhatsApp; el principal proyecto espacial privado: Space X, la principal empresa de neurotecnología y transhumanismo: Neuralink; de investigación y aplicación en Inteligencia Artificial OpenAI; de big data e inteligencia artificial con fines bélicos, vigilancia y espionaje: Palantir, Anduril e Istaris; de realidad virtual: Oculos Rif y Metaverso; de autos eléctricos: Tesla; de movilidad: Uber; el principal servicio de oferta de alquileres temporales: Airbnb; de música digital: Spotify; todo esto sin contar varios otros emprendimientos de menor calado e importancia o menos conocidas, todos fundados por miembros de las nuevas generaciones de la mafia de PayPal y financiados y mentorizados por la dupla Musk-Thiel.

 

PayPal Mafia al poder: el nuevo Proyecto Manhattan    

Como es ampliamente conocido, el Proyecto Manhattan fue un programa que ayudó a los Estados Unidos a convertirse en la superpotencia mundial indiscutible para las generaciones venideras tras alcanzar la supremacía bélica nuclear al final de la II Guerra Mundial. Pero también fue un negocio muy lucrativo que impulsó a una serie de empresas tecnológicas involucradas en la carrera armamentista desatada en consecuencia (Lockheed, Martin, Boing, Northrop Grumman, General Dinamics…). Resultado de ello es lo que Eisenhower denunció en 1961 al dejar la presidencia: el complejo militar-industrial, el verdadero poder detrás del poder en los Estados Unidos.

Ahora, este 20 de enero comenzará un nuevo Proyecto Manhattan, con Trump en lugar de Roosevelt y Musk –al menos visiblemente- en el de Oppenheimer. Se supone incluso que esta será la primera Orden Ejecutiva del nuevo gobierno. Pero su propósito no es alcanzar la supremacía militar para imponer la geopolítica. Es algo mucho más complejo: controlar el desarrollo de las tecnologías más poderosas jamás concebidas. Y los chicos de la Mafia de PayPal con sus empresas y cuadros son los convocados a estar a la vanguardia intelectual, programática y pragmática  de esta nueva cruzada.

Empecemos por lo más obvio: la entrada de Elon Musk al gabinete de Trump, como cabeza de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. En principio y según lo dicho por el propio Trump el propósito de esta oficina es “allanar el camino para que mi administración desmantele la burocracia gubernamental, reduzca los excesos de regulaciones, los gastos innecesarios y los gastos innecesarios”. Sin embargo, también ha dicho que su propósito en última instancia es dar “un enfoque empresarial al nuevo gobierno”, lo que –de nuevo- hace recordar a los sueños de difunto abuelo nazi y tecnocrático de Musk.

Como quiera, la impronta de Musk ya es muy clara en el nuevo gobierno norteamericano y su influencia parece ir más allá de “solo” reducir la presencia del Estado, ya que en la práctica ejerce como una suerte de Vicepresidente ad-hoc con autonomía de vuelo, a la par de influencer ideológico. para esto último funciona muy bien, entre otras cosas porque no teme a la confrontación mediática, como hemos visto en el caso venezolano, en el boliviano cuando el intento de golpe de estado contra Arce, contra Justin Trudeau (el recientemente renunciado Primer Ministro de Canadá) y ahora en Europa con su apoyo a partidos de ultraderecha, igual que lo ha antes hecho con Milei en Argentina y con Bukele en El Salvador. Por lo pronto, ya suma victorias incluso antes de asumir: se anunció que un hombre de su estrecha confianza dirigirá la NASA durante la era Trump 2.0, el empresario y astronauta privado Jared Isaacman, socio de Space X, protagonista de varios de sus proyectos y entusiasta promotor de la migración a otros planetas como plan para salvar a la civilización humana (¿Peter Isherwell eres tu?)

Pero eso es solo el comienzo y una arista del problema


Peter Thiel: ¿El Señor de los Anillos?

En efecto, Musk es el más visible de los CEO´s de las grandes tecnológicas devenidos en políticos afectos a Trump, pero no necesariamente el más determinante, lugar que le disputa su socio-rival Peter Thiel.

De por sí, Thiel le manifestó su apoyo a Trump mucho antes de que lo hiciera Musk y fue el principal financista de su campaña, así como de la de varios políticos republicanos ligados a Trump, hoy todos ocupando cargos en el Ejecutivo, el Congreso o el Senado. Y el principal de estos políticos será de hecho el próximo vicepresidente de los Estados Unidos: J. D. Vance.

Vance es un PayPal Mafia boy de última generación aunque con un perfil distinto. No es el hijo nerd de familia privilegiada que inició su carrera en una universidad prestigiosa, sino el de una familia pobre y disfuncional del medio oeste norteamericano, de padre ausente, madre drogadicta y criado por sus abuelos, quienes le inculcaron el fanatismo religioso y por las armas. Esto último lo llevó a alistarse en el cuerpo de Marines, con los que prestó servicio en Irak. A su regreso, aprovechando una beca para veteranos de guerra, ingresó a la Universidad Estatal de Ohio de donde egresó Suma Cum Laude en Ciencias Políticas y Filosofía. Con otra beca se trasladó luego a Yale, de donde egresó como abogado. Después de ejercer la abogacía durante poco menos de dos años, se mudó a San Francisco para trabajar en la industria de la tecnología como capitalista de riesgo. Y fue allí donde conoció a Peter Thiel, a quien considera el hombre más inteligente que ha conocido, en una charla en la Universidad que según el propio Vance fue “el momento más significativos de su estancia en Yale”. Thiel lo acobijó y llevó a trabajar en Mithril Capital. Terminó formando parte de su directiva y luego dirigiendo la Thiel Fundation.

Vance, de 40 años –será el tercer vicepresidente más joven de los Estados Unidos- se hizo muy popular en los Estados Unidos por una autobiografía publicada en 2016 Hillbilly Elegy: a memoir of a family and cultura en crisis  (Elegía campesina:memoria de una familia y una cultura en crisis). En ella narra su ascenso desde la américa profunda (aquella que los blancos liberales y la izquierda despectivamente llaman basura blanca) en medio de la pobreza, los trabajos mal pagados y la falta de expectativa, a la vez que rescata valores como la solidaridad y el patriotismo de los “verdaderos norteamericanos”. Este súper éxito en ventas lo convirtió en héroe y referente intelectual de una gran masa de votantes del medio oeste norteamericano, relegados y precarizados de la globalización que se consideran víctimas de la “pérdida de los valores tradicionales”. Cumple además todo el perfil del héroe del americano del hombre que surge y se “hace a sí mismo”

Los otros PayPal Mafia boys y aliados incondicionales de Thiel sumados en altos cargos al gobierno de Trump son David Sacks: nada menos que el próximo “Zar”para el desarrollo de la Inteligencia Artificial y las criptomonedas así como cabeza del Consejo de Asesores del Presidente en Ciencia y Tecnología. Y Jim O´Neill: funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos durante el último gobierno de la dinastía Bush, fue captado por Thiel quien se lo llevó como su protegido a Clarium Capital primero y Mithril Capital. Junto a éste fundo la Thiel Fellowship y Breakout Ventures, dedicadas a la misma rama, de donde derivó como Director Ejecutivo de la Fundación SENS, financiada por Thiel y centrada en investigaciones biológicas para el rejuvenecimiento vinculadas a la Fundación Matusalén. Tras esta pasantía, se convierte en el  Director de la Fundación Thiel. De donde ahora sale para volver la Subsecretaria de Salud y Servicios Humanos, ahora como Subdirector detrás del no menos polémico Robert Kennedy Jr. 

Por último y no menos importante -de hecho es una de las figuras más importantes- hay que mencionar a Trae Stephens, un thieliano de línea dura con un perfil muy similar al de J. D. Vance (ex militar, fanático religioso, etc.,), quien ya formó parte del primer gobierno de Trump en el área de defensa y que actualmente como CEO de Anduril está a la vanguardia del desarrollo militar de nueva generación. No se le ha mencionado para nuevos cargos de gobierno pero tal vez no sea necesario pues su vinculación con el área de defensa ya es un hecho.    

Como puede verse, se trata de un equipo integrado, ideológicamente alineado y con suficientes intereses privados involucrados en las áreas de las cuales ahora pasaran a ser responsables desde el Estado.

Cualquier conocedor de la obra de Tolkein habrá notado cuenta que varias de las empresas y fondo de inversiones de Pether Thiel llevan nombres inspirados en El Señor de los Anillos. Mithril es un metal precioso que los enanos extraen de las minas de Moria y que sirven para hacer armas y armaduras impenetrables. Narya –la empresa de riesgo de J. D. Vance financiada por Thiel y Eric Schmidt (Google)- es uno de los anillos de poder de los Elfos. Palantir, Anduril e Istari también son nombres inspirados en El Señor de los Anillos: Palantir unas piedras esféricas usadas por los Elfos para predecir el futuro y hacer visible lo invisible. Anduril, la espada de Aragón, el héroe humano de la trama. Los Istaris son los cinco magos de la Tierra Media enviados para combatir a Sauron. Más allá del fanatismo por la obra fantástica de Tolkein –un ferviente conservador católico obsesionado con el fin de la civilización- algún mensaje puede tener. Pero sobre esto trataremos en la tercera parte.  

jueves, 9 de enero de 2025

Donald Trump and the Lex Luthor´s government (1ra parte)


 

¿Recuerdan la trama de No mires arriba?

Un par de astrónomos intentan advertir sobre un meteorito que impactará contra la Tierra acabando con la vida tal y como la conocemos. Pero al hacerlo, se las ven con la indiferencia de la gente y la burocracia del gobierno, así como los intereses de las grandes corporaciones e inversionistas, todo lo cual acaba volviendo inútil cualquier medida al respecto. Incluso las trivialidades de la prensa amarillista conspiran contra sus intenciones. 


Finalmente, y cuando ya parece que nada puede hacerse, aparece Peter Isherwell, CEO de una poderosa Big Tech, con un plan para salvar el mundo, que lo convierte en asesor directo del gobierno de los Estados Unidos. Pero lo de “salvar al mundo” es en realidad el objetivo manifiesto de su plan, pues el no manifiesto y más importante a sus efectos es usufructuar las riquezas del meteorito, lleno de minerales raros y muy valiosos. La cosa es que todo sale mal: no logran ni una ni otra cosa y activan entonces el plan b: salvar a los más poderosos y privilegiados. Así las cosas, cuando la catástrofe ya es inminente, quienes pueden pagar millones de dólares abandonan la Tierra y embarcan en un viaje interestelar dirigido por Isherwell hasta llegar a otro planeta con  condiciones parecidas a empezar de nuevo la civilización humana, aunque en un punto más avanzado con ellos como élite fundadora.        


Como es sabido, Don´t look up, es una película de ciencia ficción catastrofista disfrazada de sátira política, con el meteorito funcionando como una metáfora del cambio climático. En ese sentido buscaba enseñarnos “algo” sobre la actualidad planetaria. Básicamente, cómo la humanidad es capaz de asistir a su propia destrucción como si de un goce estético de primer orden se tratara.[1] 


Pero lo que no sabíamos –o al menos no era tan claro en ese momento- es que adicional a esa capacidad de reflejar “lo que estaba pasando” nos estaba haciendo spoiler de cosas que están por pasar.


Me explico.


Recordemos que Peter Isherwell no es un personaje sacado al voleo. El actor Mark Rylance, quien lo interpretó, cuenta que para ello procuró reunir un poco de todos los grandes CEO´s de las Big Tech, como Zuckerberg, Steve Jobs y Jeff Bezos. Sin embargo, quien más lo inspiró fue Elon Musk, del cual leyó su autobiografía en la que entre otras cosas manifiesta su intención de salvar a la humanidad fundando colonias en Marte. Según el relato del magnate surafricano nacionalizado norteamericano, esta una idea que lo obsesiona desde que a los 10 años leyó Fundación de Isacc Asimov, novela de ciencia ficción futurista donde el protagonista construye colonias para salvar a la humanidad y preservar el conocimiento tras el colapso de un imperio interestelar.


No se trata de una obsesión original ni mucho menos. En internet existen muchos foros y grupos de personas que debaten e intercambian sobre la misma, incluyendo sobre su viabilidad. La diferencia entre todas esas personas y Musk es que éste es el hombre más rico del mundo (y probablemente de la historia), con recursos más que suficientes para llevar a la práctica sus obsesiones por más “locas” que a primera vista puedan parecer. Esta es de hecho la razón por la cual en 2002 fundó Space X, empresa cuyo objetivo es reducir los costos y preparar las condiciones para la colonización de Marte. La proyección es que esto ocurra antes que termine la primera mitad de este siglo XXI, fundándose las primeras colonias habitadas en el planeta rojo entre el 2040 y el 2050.


Y valga agregar que todo este esfuerzo no se hace por el simple gusto de satisfacer su obsesión, emulando a su ídolo de la infancia. La razón es más compleja: Musk es un convencido de que inevitablemente nos dirigimos hacia un colapso civilizatorio, que no será ecológico –es otro conocido negacionista del cambio climático- sino sociopolítico y económico en sentido amplio, e inclusive, demográfico. En virtud de lo cual se ha ideado el plan para salvar lo que pueda salvar de civilización humana mudándola al planeta rojo.


Como ya dije, puede que parezca una locura. Pero a todas luces se trata de una con mucho método, recursos a la disposición y un importante nivel de avance. De hecho, todas las empresas de Musk tributan en mayor o menor grado al mismo propósito. 


La más obvia es Space X, encargada de hacer posible la huida y preparar los hábitats marcianos. Pero también debemos contar The boring company, encargada de perforaciones y excavaciones en ambientes extremos… como los marcianos. Solar City, concentrada en el aprovechamiento de la energía solar. Neurolink, de “hackear” el cuerpo humano para crear las súper mujeres y súper hombres que los habitarán. Star Link, de la conectividad. xAI, su emprendimiento de inteligencia artificial que funciona como un lazo entre Star Link y Neurolink en la labor de mantener comunicados a los súper humanos marcianos. E incluso X (antes Twitter), de la que Musk ha dicho que independiente de lo rentable o no que pueda resultarle actualmente su intención es ensayar la conformación de una plataforma interactiva de diálogo y toma de decisiones entre los habitantes de las colonias marcianas sin intervención de Estados o gobierno.


Nada de lo antes dicho es teoría conspirativa o mala propaganda. Es lo que se puede leer en las páginas oficiales de todas las empresas nombradas. O de lo que el mismo Musk alardea en las múltiples entrevistas o post de RRSS que suele brindar.  


Pero volviendo a No mires arriba, ¿no es justo entonces lo mismo que iba a hacer Peter Isherwell? No media ningún meteorito y no se trata del mismo planeta pero es la misma lógica, así que tiene sentido que Musk haya inspirado el personaje. Ahora bien, recordemos que Isherwell funge de asesor del gobierno de los Estados Unidos, cuya presidenta a su vez es una parodia de Trump (la cinta se estrenó el mismo año en que éste entregó su primer gobierno). Sí, el mismo Trump que a partir de este 20 de enero asumirá de nuevo la presidencia de los Estados Unidos. Y sí, el mismo que trae entre sus principales novedades la incorporación de Elon Musk como “asesor especial” con rango de ministro de su gobierno?


¿La vida imitando al arte?


La pregunta es menos trivial de lo que parece. Pues obvio el punto no es si Musk imitará a  Isherwell en la vida real como Isherwell lo imitó a él en la ficción. Salvo sorpresas de último minuto, no está previsto que ningún meteorito catastrófico se estrelle contra la Tierra en el corto plazo. Y si fuera el caso o una hecatombe similar pusiera en riesgo a la civilización en los próximos años, los planes de colonización de Marte todavía están muy crudos pese a sus para nada desestimables avances. 


En diferentes entrevistas, Rylance cuenta que en su estudio de los principales gurús tecnológicos lo que más le llamó la atención es que ninguno se ve a sí mismo solo como hombres de negocios, sino que seres superiores predestinados a salvar a la humanidad, siendo esto lo que en su criterio los vuelve más peligrosos. Lo que nos trae al verdadero punto: ¿qué pasa o puede pasar entonces a partir de ahora que en la vida real y no en el cine una camarilla de sujetos convencidos de que el mundo esta por destruirse y ellos son los elegidos para salvarlo (o salvar lo que consideran debe salvarse, empezando por ellos mismo), pasan a formar parte del gobierno de la todavía principal potencia mundial, encabezado por un otro magnate a su vez convencido de emprender una cruzada contra el colapso de la civilización blanca, anglosajona, judeo-protestante que encarna?


Una camarilla de la cual, para ser honestos, Elon Musk es el más visible pero no necesariamente el más influyente ni peligroso. 


Y aunque parezca exageración o la trama de una novela de ciencia ficción es justo a eso a lo que nos aprestamos a asistir en los días, meses y años por venir a partir del 20 de enero próximo,  


Pero lo explicaremos mejor en nuestra próxima entrada.  



[1] La frase es una paráfrasis de Walter Benjamin, quien cierra su célebre La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica, literalmente así: La humanidad, que antaño, en Homero, era un objeto de espectáculo para los dioses olímpicos, se ha convertido ahora en espectáculo de sí misma. Su autoalienación ha alcanzado un grado que le permite vivir su propia destrucción como un goce estético de primer orden.

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